domingo, abril 08, 2007

85. El cuerpo y la escritura

85. El cuerpo y la escritura

El cuerpo y la escritura

“Para cada niño,(se podría pensar) un diagnóstico acerca de las representaciones:
del lenguaje escrito;
de sí mismo como sujeto que escribe;
de las tareas que implica escribir. (Josette Jolibert)[1]
 
Ana Teberosky[2] se refiere a la actividad de escribir como una confluencia entre el uso de un instrumento (el punzón, el lápiz) que deja marcas en la madera, en el papel, que pueden ser interpretadas por otros y el ejercicio de una capacidad intelectual.
Quizás esta referencia sea un buen punto de partida para pensar el abordaje psico­motor en las dificultades de escritura y para diferenciar cuando está la nece­sidad o la prioridad de un abordaje psicopedagógico, y cuando la de un abordaje psicomo­tor.
La Psicomotricidad se interesa por el cuerpo y sus producciones, el cuerpo como mediador entre organismo y psiquismo. El cuerpo como construcción histórico - cultural que se realiza con los otros.
Wallon[3] dice que la necesidad de lo social está inscripta en lo orgánico. “Sobre la base del movimiento que el organismo “habilita”, se genera la “habi­lidad” de la mano, por la cual, entre otras cosas el individuo está “habilitado” para el aprendizaje y la comunicación.”(D. Calmels)[4]
Cuando hay una consulta a los psicomotricistas por disgrafías , a grandes rasgos podríamos distinguir si hay difi­cultades en el “dibujo” de las letras (del orden de lo Psicomotor), si el problema pasa en un primer lugar por una difi­cultad de aprendizaje (tema de la Psicopedagogía), si es parte del proceso de aprender de ese niño (entonces, quizás, no haría falta una intervención terapéutica con el niño) o si hay alguna cuestión orgánica que esté marcando la dificultad (como para conocerla y tenerla en cuenta en el abordaje).
Muchas veces desde los padres o desde la escuela se pide al Psm. que el niño escriba mejor, más claro, más prolijo. Que se pueda leer su producción, que sea legible para el otro.
Para abordar la letra, nosotros, miramos también la mano, el brazo, la distribución tónica, la postura ( tanto para escribir como en otras praxias), la actitud (si hay un inte­rés por la escritura, si hay una percepción de la dificultad, preocupación, desconocimiento, desinterés) y qué pasa en otras actividades. Miramos ese cuerpo que escribe, y no siempre en un tratamiento comenzamos por la letra, muchas veces es necesario trabajar con la postura en general, con la actitud, con el juego corporal, con la disposición para la actividad, con la relación con el instru­mento, con el objeto (el lápiz) y la posibilidad de dejar marcas que sean entendidas por otros (ligada a las diferentes maneras de comunicarse), con la relación y el manejo de otros elementos que median para la realización de una producción, con la orga­nización espacial general y gráfica, con el logro o no de un ritmo en el hacer, con diferentes coordinaciones que permitan explorar y acercarse a un acuerdo temporal – espacial - corporal - objetal .
Miramos, atendemos, al niño que “padece” la disgrafía.[5]
Y también el entorno fami­liar y escolar de ese niño.
Es parte de la labor del psicomotricista (y de otras disciplinas) en estas situaciones acompañar a la escuela en la elaboración de estrategias para atender lo particular de las posibilidades de escritura de este niño (ofreciendo, por ejemplo, espacios más grandes, o en vez de subrayar utilizar un resaltador, etc).
Tomaremos el recorte de un tratamiento para reflexionar acerca del cuerpo y la escritura desde la Psicomotricidad.
Reflexiones acerca de la escritura y la Psicomotricidad, a partir de algunos aspectos observados en el tratamiento psicomotor de un púber .
Agustín tiene 11 años de edad y es el hijo mayor de tres hermanos.
Concurre a 5º grado de una escuela común. En la sala de cinco tuvo que realizar permanencia. Consulta por disgrafía y se trabaja con él hasta sus 13 años.
Lo primero que puede verse en relación a la escritura es que las letras pierden la forma, se abren, se desdibujan, no tienen continuidad, no responden totalmente al código común en el que la escritura puede ser transmitida a otro.Y se observa que hay algo en la comunicación oral que también pierde forma, los sonidos de las palabras tienen algo que parece igual, que hace difícil comprenderlo en ciertos momentos, que hace difícil distinguir las palabras unas de otras. El tono de la voz es parejo, bajo, tiene algo de monótono, sin puntos, sin pausas. Esto también se muestra en el cuerpo en movimiento, es posible observar algo poco defi­nido, con poco sostén, que parece deshacerse, en el cual también la figura, la forma, el límite, el contorno están involucrados. Agustín se presenta con un tono muscular des­cendido.
Hay algo de la forma que está comprometido en este chico.
La forma en las letras, la forma en el lenguaje, la forma en el cuerpo.
Algo que no se termina de concretar, que parece que cuesta sostener.
Al proponerle algún juego con pelota, rápidamente se cansa, y busca un apoyo para descan­sar: el suelo, una silla, un banco. Se observan sus dificultades en relación a la resistencia, resistencia como capacidad para desarrollar determinado esfuerzo, para permanecer en la actividad y concretarla, en su capacidad para mantener la postura, para sostener una acti­tud.
- La postura de este niño en el espacio y su actitud de poca resistencia ante el esfuerzo, ¿están relacionadas con la postura de la le­tra, con su forma no acabada, con la falta de continuidad en la escritura? El lugar que cada letra ocupa en la palabra, en el espacio del renglón o de la hoja ¿está relacionado con el lugar y la posición que tiene él con su cuerpo frente al mundo? Para abordar la escritura ¿es necesario comenzar con su cuerpo, con su organización en el espacio general acompañándolo a de­finir las formas de su postura, de su actitud postural, a apropiarse de sus in­tenciones, a mantenerlas en el tiempo?
Actitud, postura, tono. Tres instancias que se entrecruzan para llegar a la producción en general y a la escritura en particular.
Su tendencia a la hipo­tonía le dificulta mantener la postura y conservarla como para lograr algo concreto, arribar a un producto, su propio producto, su realización posible de ser en­frentada a otros.
Al mismo tiempo no es un chico que se resista a escribir. Sabe de lo ilegible de su escritura pero le gusta escribir cuentos. Dice que va a ser un escritor famoso. Y le gusta mucho leer. Sabe que lee más que sus compañeros. Sabe que le cuesta el fútbol y otros deportes pero dice que va a jugar en la selección (pero esto sólo queda en el decir).

Abordaje

Desde los primeros encuentros aparecen juegos con pelota, juegos gráficos, se le propone el juego del “muñeco de goma” y juegos en los que puede ir manteniendo una postura por más tiempo. Cuando después de unos meses de tratamiento, se hace posible abordar más profundamente la escritura, surge la posibilidad de modificar el trazo de las letras cursivas.
Hay letras que dibuja mal y se comienza a mirar cómo es el dibujo correcto de esas letras y para sorpresa de la terapeuta, logra modificar, practicar y hacer perdurar esa modificación pudiendo tener una continuidad en la escritura, logrando el ritmo y la secuencia necesaria para darle a cada palabra su forma acabada.
Consideramos que este cambio fue posible por el trabajo anterior y simultáneo: el acompañamiento en la organización de su construcción corporal para que esa organización pudiese transferirse a su producción escrita.
La “forma” que va “armando” el cuerpo dio la posibilidad de “armar” la forma de lo escrito.
Ocasionalmente en nuestra práctica como psicomotricistas nos encontremos ante la necesi­dad de repetir o de trabajar alguna cuestión como si fuese “un ejercicio”.
L. Tolchinsky[6] plantea la necesidad de ejercitar el lenguaje escrito, no sólo para dominarlo como instrumento para comunicar, sino, también, como instrumento de comprensión, de or­ganización y de generación de ideas.
En el trabajo con A. esto se hizo necesario ya que, si bien podríamos ver que su com­prensión era adecuada y podía generar ideas más allá de su dificultad (por ej. escribir los cuentos), la organización y la comunicación estaban comprometidas.
Desde una posición actitudinal el ejercicio se hizo posible ya que el vínculo establecido en la relación terapéutica permitía la confianza, la seguridad, la posibilidad de arriesgarse, la posibilidad de mostrar los “no poder” y los “sí, voy a intentar”, los obstáculos y las posibilidades en el hacer.
A partir del intento, el logro y la práctica de dibujar las letras, se fue dando la situación de que A. pudiese apropiarse de una forma legible de escritura comprensible para él y para el otro (lector de su letra por lo tanto de sus cuentos).
No se dio esto en una marco de simple repetición, vacía de contenido, sino que el sentido estaba dado desde el propio interés que podía manifestar Agustín en hacerse entender a partir del lenguaje escrito y la importancia de lograr el objetivo propuesto.
Es llamativo que a la vez en la escritura en imprenta los cambios fueran menos perdura­bles pero su letra manuscrita en general y cursiva en particular, se hizo más legible, entonces no se insiste.
Entendemos que hay un punto que remite a lo personal, a lo personal de la escritura de cada uno y surge aquí la pregunta ¿qué es, a qué se refiere la letra manuscrita?
Pensamos que tiene que ver con lo particular, es una producción que nos puede repre­sentar, que revela aspectos de nuestra identidad, nos diferencia de los otros, ¿podemos otorgarle el valor de un “rostro” pero en una mecánica bidimensional?
Dice Le Breton[7]El retrato no es percibido como un signo ... sino como una realidad que permite aprehender a la persona. ... El rostro es la marca de una persona”.
Creemos que también podemos afirmar que la letra manuscrita, la escritura, a pesar de sus características de formalidad, de su universalidad (dentro de un mismo sistema lingüístico) en cuanto a un modo determinado de ser trazadas o producidas, lleva la marca de lo personal, se inscribe dentro de la propia singularidad, atiende al carácter de lo personal de cada individuo.

A modo de reflexiones finales

Dice L. Tolchinsky[8]la producción de la marca es intencional”, dejar una huella de lo propio estaba en las bases actitudinales de Agustín, él quiere ser un gran escritor , un gran deportista, esto es del orden de la fantasía o de su imaginación pero se va arraigando en el aquí y ahora en su producción de cuentos.
Su gran intencionalidad en hacer una marca, una impresión, un surco, ha permitido trabajar con él su difi­cultad, estimular su confianza y animarlo en su posibilidad.
Él dio a ver lo que le pasa en su “informalidad” de la letra.
Pero él también se muestra “como persona que se apropia del mundo y del lenguaje a través de la práctica de la escritura”, “como productor de textos competente[9].
En una de las últimas sesiones A. dice que tiene una noticia y relata que presentó en una editorial un cuento que él escribió (después de haberlo leído en su casa y en una reunión familiar donde gustó mucho).
Narra con tranquilidad que lo llamaron por teléfono los editores y que le explicaron al papá y después a él porqué no lo iban a publicar (la extensión no era la adecuada para ese tipo de cuentos y que no estaba permitido poner como protagonistas a actores )
Cuando llega la mamá la terapeuta se entera de que nada de esto ocurrió en la realidad.
Se dice – le dice “son tus ganas”.
En el último tiempo de tratamiento, veníamos escuchando las ganas de Agustín de ir a fútbol, a basket o voley, sin poder concretarlo.
Este relato podría leerse como un pedido de A. a sus padres de que confíen en sus posibilidades, les dice o le dice a su terapeuta al mismo tiempo que se dice a sí mismo, que se siente preparado para “salir” al mundo y para tolerar una posible frustración, que está dispuesto a “arriesgarse”.
El peligro de no concretar esta “salida” al deporte o a la escritura, sería quedarse encerrado en una “pura fantasía sin realizar”.
Nos quedamos pensando, que A. expresa esta intención de poder aventurarse, a partir de la escritura. ¿Este logro de legibilidad y legitimidad en su escritura es lo que también lo habilita para encontrar un posibilidad para mostrarse en otras producciones corporales como sería lo deportivo? Dijimos que para abordar la letra fue necesario comenzar por el cuerpo, ahora vemos que para abordar el cuerpo, Agustín parte de la escritura, que a partir de haberse apropiado de la escritura se abre un camino para apropiarse de otras posibilidades de su cuerpo.
Consideramos que esto nuevamente nos remite a la articulación entre cuerpo y escritura, nos confirma la integración de cuerpo y palabra.
“El cuerpo es una producción humana impensable sin la palabra. La palabra es inasible sin cuerpo, sin cuerpos. Existe una acción humana que literalmente une el cuerpo y la palabra: la escritura”[10]
Mayo de 2003
Celina Marini- Marina Marazzi


Bibliografía
Ø “Antropología del cuerpo y modernidad”, David Le Breton. Ed. Nueva Visión, Bs. As., 1995
Ø “Psicopedagogía: conceptos y problemas. La especificidad en la intervención clínica”. Norma Filidoro, Ed Biblos, Buenos Aires, 2002
Ø “Formar niños productores de textos”.Josette Jolibert. Dolmen Estudio, Chile, 1992 (apuntes de clase)
Ø “Más allá de la alfabetización”, Ana Teberosky, y Liliana Tolchisnsky, Ed. Santillana, Bs. As., 1995
Ø “Introducción a Wallon” Universidad de Caen Ed Técnico Médica, Paris 1979, Barcelona 1981
Ø “El cuerpo en la escritura”, Daniel Calmels. Ediciones D y B, Buenos Aires , 1998

[1] “Formar niños productores de textos”.J. Jolibert. Dolmen Estudio, Chile, 1992
[2] “Más allá de la alfabetización”, Teberosky, A y Tolchisnsky, L Ed. Santillana, Bs. As., 1995
[3] Introducción a Wallon Universidad de Caen Ed Técnico médica Paris 1979 Barcelona 1981
[4]El cuerpo en la escritura”. Calmels, D. D y B, Buenos Aires, 1998
[5] No es posible dejar afuera la subjetividad del niño que aprende, escribe, se mueve, coordina, se interrelaciona. Coincidimos con N. Filidoro cuando dice “La posición psíquica del niño no ejerce su influencia desde una supuesta exterioridad sino desde el interior mismo del proceso de aprendizaje.” Psicopedagogía: conceptos y problemas N. Filidoro, Ed Biblos
[6] “Más allá de la alfabetización”, Teberosky, A y Tolchisnsky, L Ed. Santillana, Bs. As., 1995. Capítulo 9 – “Dibujar, escribir, hacer números” -
[7] “Antropología del cuerpo y modernidad”, D. Le Breton. Ed. Nueva Visión, Bs. As., 1995
[8] op. cit.
[9] J. Jolibert. Op.cit.
[10] D. Calmels, op. cit.

Fuente:

CapitanNemo.com.ar
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84. Enseñar a leer y escribir (Antología)

84. Enseñar a leer y escribir

Comprensión de Lectura les ofrece una serie de interesantes artículos sobre la lectura y la escritura, el parendizaje y la didáctica. Espero les sirva de utilidad.

El profe Leo







Enseñar a escribir y leer
Actas de las II Jornadas
Coordinadora: ANTONIA HERRER PÉREZ

ÍNDICE




PRESENTACIÓN





CAPÍTULO I






¿Problemas o procesos de aprendizaje? Myriam Nemirovsky


Cuentos para crecer en compañía Roser Ros Vilanova


La evaluación formativa en el lenguaje escrito Teresa Ribas Seix


Sobre la planificación Antonia Herrer Pérez


Ayer y hoy de la enseñanza del lenguaje escrito Pilar Orte Moncayo





CAPÍTULO II




La lectura y la escritura en el currículum de educación infantil, 3 años Teresa Toribio Blancas


La información a las familias Pilar Algas y Pilar Gimeno


La receta de cocina en educación infantil Gloria Cano García


Lecto-escritura y necesidades educativas especiales Teresa Franco Manero


El placer de leer en un aula de 3, 4 y 5 años María Martín Lou


Nuestro bloc de lectura Montse Salinas Penella


Polo Norte. Pequeño proyecto Amparo Nuria Madruga Soto


Interacción entre los alumnos y alumnas de 3 y 5 años a través del cuento y el cómic
Mª Luisa Logroño y Mª Pilar Salaverría





CAPÍTULO III




Clásicos en clase: "Platero y yo", "Don Quijote" Carmen Miñana Magaña


Carteles de carnaval Beatriz Gutiérrez y Mª Carmen Malo


Análisis y creación de anuncios en la escuela unitaria Silvia Hernández Paniello


Secuencias didácticas, situaciones didácticas y situaciones puntuales en el aula de inglés Inmaculada Sánchez Cortés y Esperanza Díez Tena





CAPÍTULO IV






Interacción entre 1º y 6º de primaria Olatz Querejeta Zabaleta


Reescribir un cuento Mª Ángeles Calavia y Silvia Grasa


Secuencias didácticas integradas en proyectos comunicativos en inglés Lourdes María Magallón


Conozco el periódico Mª Victoria Aldea Enfedaque, Rosa Abel González Fabre, Ana Mª Rocañín Guíu, Mª Pilar Royo Gonzalvo y Joaquina Yuste Gracia




Título: Enseñar a escribir y leer. Actas de las II Jornadas

Escritor: Antonia Herrer Pérez (Coordinadora)

Descripción breve: En la Comunidad de Aragón, reflejo de lo que ocurre en todo el país, está alcanzando una gran relevancia la didáctica del lenguaje escribo basado en los aportes de las teorías psicogenéticas de la sociolingüística y de la lingüística textual. Testimonio de ello es el gran número de escuelas que se van incorporando a la aproximación constructivista en el proceso de enseñanza y aprendizaje de la lectura y escritura.

Editorial: Diputación General de Aragón




Fuente:

EducaAragon.es
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83. Reflexión acerca de las implicaciones emocionales del aprendizaje de la lengua escrita en el nivel de educación preescolar

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Reflexión acerca de las implicaciones emocionales del aprendizaje de la lengua escrita en el nivel de educación preescolar

Ana María García Castañeda*
* Asesora del Departamento de Educación Especial del OSEJ.

La tarea esencial del hombre, desde el momento mismo de su nacimiento, es explicarse el mundo que lo rodea; entran entonces en juego, toda una gama de posibilidades físicas, mentales y emocionales suficientemente explicadas ya por la psicología.
El desarrollo es pues un tema estelar desgajado por diversas disciplinas y por ende, el aprendizaje –función subordinada al primero–, ocupa, digamos, un rol coestelar.
Con respecto a la educación preescolar, la discusión y textos derivados de ella sobre el desarrollo de la etapa de las operaciones concretas es abundante y muy sólida, baste mencionar aquí a Jean Piaget, quien solamente dedico sesenta y cinco años de su vida a la investigación del desarrollo de las estructuras de conocimiento; motivo por el cual, este trabajo, pretende ser más una reflexión que abone en el terreno de las implicaciones emocionales de los aprendizajes que se dan en este estadio, que una explicación puntual del camino/proceso que recorre un infante para re-construir y apropiarse del objeto de conocimiento convencional que es la lengua escrita.

Consideraciones generales
Tanto la Dra. Emilia Ferreiro como Ana Teberosky, entre otros, han llevado a cabo sólidas investigaciones sobre cómo el niño construye hipótesis cognoscitivas que corrobora o descarta en función de su experiencia, en torno a las reglas del sistema de escritura; gracias a estas mujeres y a otro grupo de investigadores igualmente serios, podemos ahora reírnos de los métodos para la enseñanza de la lectura/escritura, pero no reírnos de mala fe –aclaro–, porque desde luego que hay infinidad de asuntos rescatables en todos y cada uno de ellos –llámese como se llamen–, menciono "reírnos", como una forma de hablar de una actitud "irreverente", esa que cuestiona y analiza llevando a cabo relaciones, movimientos significativos en la práctica didáctica que permitan "amarrar" el momento cognoscitivo en el que se encuentra el niño con las situaciones de aprendizaje que sean pertinentes.
Es conveniente hacer una pausa y recordar que un "objeto de conocimiento", sólo podrá ser calificado como tal, en tanto sea capaz de conflictuar al "sujeto cognoscente", ésto es: de nada sirve "enseñar" (entrecomillado porque nadie enseña o transmite nada, sino que el sujeto descubre) el abecedario, o mejor aún, las vocales, si antes el que aprende no se ha cuestionado sobre el valor de ese conocimiento.
Así las cosas, a estas alturas pedagógicas, resulta innecesario desgranar el trinomio sujeto, objeto, metodología; resulta innecesario aunque no del todo ocioso puntualizarlo, por ello me doy el permiso de caracterizarlo velozmente.
a).- Sujeto cognoscente: Es, en esta concepción teórica, el que aprende, el centro al que se dirigen todos los esfuerzos; si éstos son oportunos, coherentes y pertinentes, se facilitará la tarea del aprendizaje; si no sucede así, de todas maneras no hay que angustiarse tanto, pues el que conoce cumplirá con lo pactado por el desarrollo, es decir, se hará preguntas acerca de lo que le rodea y sea significativo para él; se planteará hipótesis, las verificará o descartará en su momento y así, "equivocándose", llegará a generalizaciones sorprendentes y posteriormente a la aplicación de tales conocimientos, construidos -o mejor dicho-, reconstruidos, gracias a la madurez, la transmisión social, la experiencia y equilibración, entendida ésta como el juego circense del pensamiento.
b).- El objeto del conocimiento: Es sencillamente lo que existe, cualquier cosa o hecho, desde lo más concreto hasta lo más simbólico y complicado puede tener esta categoría, siempre y cuando –ya habíamos quedado–, sea pertinente.
La lengua escrita es desde luego un "objeto" que puede convertirse en conocimiento dependiendo de lo significativo que sea para el que aprende.
La arbitrariedad que le llega a la lengua escrita de su carácter convencional/social, implica ya una dificultad que las más de las veces escapa a la lógica del sujeto, pero que sin embargo es salvada de manera exitosa gracias a que la capacidad cognoscitiva del que aprende, sí alcanza para la comprensión de esa convencionalidad, que al final de cuentas mucho o todo tiene que ver con la adaptación social, entendiéndose ésta como activa y cuestionante, versus aceptación y repetición de lo establecido.
c). El método o camino que se elige para hacer posible el encuentro entre el sujeto cognoscente y el objeto por conocer: Aquí hay que respirar profundo, tomar aire y aceptar que el atraso pedagógico o la brecha que existe entre otras disciplinas como la psicología, por ejemplo, y la pedagogía, es inmensa -permítaseme el exceso del símil-, mientras que la primera ha sido capaz de ir a la luna, la segunda todavía utiliza el arado de mulas para sembrar; piénsese por un momento en las hojas y hojas de los cuadernos escolares repletas de estériles repeticiones; o bien evóquese los fabulosos cuestionarios que sin ningún contexto resuelven los jóvenes de secundaria con la aspiración de aprender historia.
Tal vez el evidente rezago de la ciencia pedagógica sea la razón implícita de los talleres, seminarios, congresos, conferencias y debates en torno a la educación, espacios éstos donde al menos la preocupación y los cuestionamientos colectivos mueven al desequilibrio, a la duda y angustia, que esperamos algún día compartan todos y cada uno de los actores que participan en la tarea educativa, para darle de una vez por todas, la seriedad que merece el tema, ya que el descuido tan "cuidadoso" que denotan la elaboración de planes y programas de estudio tan al margen del que aprende, ahora se revierte y se pronuncia con el ceño fruncido, el gesto serio y preocupado y la sonrisa congelada de los que mandan y deciden desde los flamantes escritorios: "baja calidad de la educación".

II. El encuentro con la escuela
La experiencia de "asistir o ir a la escuela", de formar parte del resto de los seres importantes y grandes, es para el niño en edad preescolar todo un acontecimiento, explicar por qué, obligaría al "lugar común"; baste decir que el ingreso a la escuela añade una nueva y diferente dimensión a la vida del niño.
El mundo se vuelve grande de pronto, la liga familiar se estira, da de sí, ahora hay "querencias" que se ganan no por la línea directa por la que obliga la sangre, sino por los hilos transparentes del afecto "ganado". La escuela como institución que presta un servicio social tiene una gran responsabilidad, la autoestima y la posibilidad de desarrollarse emocionalmente de manera sana es lo que está en juego mediante las actividades que se llevan a cabo todos los días, de ahí que podamos anticipar, sin ninguna dificultad, las nefastas consecuencias que puede generar una institución que se llame educativa y que enfrente a diario a los chicos a situaciones de fracaso que hacen evidente la imposibilidad de escalar posiciones de seguridad afectiva.
Con bastante frecuencia –por desgracia y, sobre todo en la educación que imparten los particulares–, la preocupación de la escuela es la "excelencia académica", que ofertan las instituciones como un producto de consumo; de esta manera, lo que impresiona más al público que lo adquiere (padres de familia que pagan lo que no vale la tan publicitada excelencia) es el efecto del "llenado del saco", permítaseme una explicación al respecto: entre más "información" se transmite al chico, mediante repeticiones absurdas, mayor será –al menos eso se entiende o se lee entre líneas– la cantidad de conocimientos que reciba, cual si fuera un saco al que hay que llenar, pero sin tomar en cuenta las características del desarrollo cognoscitivo, sin prestar la menor atención a la pertinencia de los "objetos de conocimiento" y mucho menos a las actividades didácticas que permitan el desequilibrio y den cabida al juego de adaptaciones activas que es el aprendizaje.
El jardín de niños es el espacio donde se permite al chico, si no se cae en la necedad absurda del "brillo académico", familiarizarse con los otros, respetar y hacer valer sus derechos que se inician como necesidades básicas de convivencia con los otros, pero sobre todo, en este nivel educativo el pequeño entra en contacto con útiles y materiales cuyo manejo pertinente le asegurarán después cierto margen de éxito al enfrentarse con el aprendizaje formal. No es ocioso insistir, cada vez que se presente la oportunidad, en la importante y trascendental función de la educación preescolar en la vida afectiva del niño.

III. Aprender a leer y escribir, tarea de importancia singular en la vida de un niño
El aprendizaje de la lectura y la escritura que es básico –y no por sencillo precisamente–, tiene una importancia medular en la vida de un sujeto, ya que esta experiencia "sella" el destino de la carrera académica del chico, –nada más tomemos en cuenta el tiempo que dura–, para aquilatar la seriedad del asunto.
Que el niño aprenda a leer dependerá de muchos factores que tienen que ver con su historia familiar y su desarrollo cognoscitivo básicamente, pero también –y ahí entra la gran rebanada del pastel que nos corresponde tomar a los educadores–, de la coherencia con la que se le vayan presentando los enigmas a resolver. Si bien es cierto que se aprende cuando se cuenta con el bagaje necesario, los profesores en primer término y el resto de los actores pedagógicos en segundo, tienen la gran responsabilidad de encontrar el "modo" de presentar el contenido para facilitar y sobre todo hacer placentero el acercamiento a la convencionalidad, que será la puerta de entrada a la apropiación de la lengua escrita.
Si las situaciones de aprendizaje planteadas en clase se convierten en experiencias valiosas/significativas y agradables/apapachadoras, entonces el esfuerzo que supone aprender a leer y escribir se verá altamente compensado por las inmensas e innumerables ventajas de todo tipo que brinda el saberse poseedor de esta capacidad.
Ser capaz de leer y escribir presupone indudables habilidades de base, tales como el descifrado y la pronunciación "correcta" de palabras hasta entonces desconocidas y, ésto el niño lo sabe muy bien, sabe de la parte "penosa" del aprendizaje y, créanme, la asume. Pero también sabe que estas habilidades en y por sí mismas tienen poco o ningún mérito aparte de su valor intrínseco de entrenamiento; el chico no mostrará ningún interés en aprenderlas, si la impresión que recibe es que se espera de él que las domine "porque sí".
Desde el principio, el niño debe y tiene que estar convencido de que el dominio de tales habilidades no es más que el medio de alcanzar una meta, y de que lo único que importa es aprender a leer y escribir, es decir, aprender a disfrutar de la literatura y a beneficiarse de lo que ésta puede ofrecerle.
En este punto, sería abundante el número de hojas y tinta penosamente gastados para tratar de ejemplificar las también abundantes actividades incongruentes a las que obliga la escuela, por ello acudo a las experiencias docentes de los amables lectores.

IV. A manera de cierre
Lo que sigue, es una lista que puede ser interpretada como el punto de llegada o fin del viaje de los planteamientos elaborados en este trabajo, pero también son el inicio de confrontaciones futuras que espero compartir en otro espacio de reflexión conjunta:
1. Captar las diferencias de los sujetos de aprendizaje al margen de la edad cronológica, hacer de la tarea docente un ejercicio permanente de observación, cuestionamiento y análisis, ésto puede ser el principio o la base de las actividades didácticas que aspiran a ser significativas.
2. El uso de materiales "ricos" en cuestionamientos, podrán brindar caminos diferentes que posibiliten las dudas y equivocaciones constructivas, aseguran un amplio margen de éxito en el aprendizaje de la lengua escrita, "para muestra un botón", ahí están los Rincones de Lectura, que lamentablemente, aún ahora tienen, poca acogida en las instituciones escolares. Hay que recordar que todo es aprovechable, si se tiene presente al sujeto que aprende y en función de éste se planea la actividad escolar.
3. Aspiremos a la formación de los formadores en una escuela que se convierta en laboratorio permanente, donde el futuro profesor observe, contraste y constate a la luz de los conocimientos teóricos las posibilidades y leyes del desarrollo y del aprendizaje, apostemos al trabajo de formación centrado en la creatividad profesional del maestro para plantear/proponer situaciones didácticas coherentes y pertinentes, lo demás se le dará por añadidura.
4. Un buen deseo a la manera del Dr. Raúl Avila, lingüista, pero ante todo un preocupado por la educación: "A los niños más palabras, más herramientas para la crítica, más lenguaje que es el vestido del pensamiento" y a fin de cuentas es lo único que posibilitará un tránsito hacia los espacios libres y confortables.

Bibliografía
BETTELHEIM, Bruno y Kelon, Karen. Aprender a leer. Ed. Grijalbo/CNCA. México, 1998.

FERREIRO, Emilia y Teberosky, Ana. Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño. Ed. Siglo XXI. México, 1979.

KAUFMAN, Ana M. La lectoescritura y la escuela.


SMITH, Frank. Comprensión de la lectura. Ed. Trillas. México, 1983.


Fuente:

Revista TAREA
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82. La eascritura desde el punto de vista del niño

LA ESCRITURA DESDE

EL PUNTO DE VISTA DEL

NIÑO

ANA TEBEROSKY

Recientes investigaciones han demostrado que el aprendizaje de la escritura no es una tarea simple y sencilla para el niño; por el contrario. Requiere un largo y complejo proceso de construcción, en el que las ideas del niño no siempre coinciden con las suposiciones del adulto. Es importante señalar las divergencias entre cl punto de vista infantil y el del adulto para entender el proceso de aprendizaje.

La enseñanza de la lectura y la escritura se ha basado en ciertas presuposiciones

que ahora resultan cuestionables.

Vamos a comentar una que podría expresarse como sigue: "Nuestro sistema alfabético de escritura es "natural", la única dificultad consiste en aprender las reglas de correspondencia entre fonema y grafema». En función de este principio, para aprender a leer y a escribir es necesario "reactualizar" el habla, fundamentalmente su aspecto sonoro.

Podemos demostrar que las ideas infantiles no coinciden con esta presuposición. Hacia los 4 años, los niños intentan comprender qué tipo de objetos son las letras y los números de nuestro sistema de representación convencional.

Ferreiro (1981) ha demostrado que inicialmente, las grafías son consideradas

Solamente como "letras", "números", "cincos", "a, e, i, o, u", etc. Para el niño de esta edad las "letras" o los ‘números" no sustituyen nada, sólo son lo que son: un objeto mas dentro del mundo que, como muchos otros, tienen nombre.

Posteriormente, se da un gran paso. Las grafías sirven para sustituir otra cosa, pasan a ser "objetos sustitutos" Que tienen un significado. Pero a diferencia de nuestro punto de vista de adultos alfabetizados, para el niño las grafías no representan sonidos. El significado viene determinado por la naturaleza de los objetos a los que acompaña. El primer tipo de relación consiste en buscar alguna correspondencia entre las señales gráficas y los objetos del mundo.

La primera separación entre los símbolos y lo simbolizado empieza cuando el niño es capaz de diferenciar entre "lo que es" (-letras" o "números-) y -lo que significa- (según el tipo de objetos a los que las grafías aparecen unidas). Como los objetos tienen nombres, se denominan de una determinada manera, la relación se establece cuando a un conjunto de letras se le atribuye el nombre del objeto o imagen que le acompaña.

Pero el nombre no es aún la representación de una pauta sonora, sino que pasa a ser una propiedad de los objetos que pueden ser representados a través de la escritura (Ferreiro y Teberosky, Cap. III y IV). La atribución depende más de las correspondencias en relación con el objeto que de las propiedades de lo escrito. De esta manera un mismo conjunto de letras "significa" perro junto a la imagen de un perro, sin que ello excluya que pueda "significar" también otra cosa si se relaciona con otras imágenes,

Esta relación tan directa entre los símbolos y lo simbolizado hace que muchos niños elaboren curiosas hipótesis. Para escribir "casa", por ejemplo, hacen falta mas letras o de mayor formato que para escribir "casita" (Ferreiro, 1979).

Como podemos observar, el niño está lejos de pensar en términos de correspondencia fonema-grafema. pero, si se nos permite, daremos un salto en el proceso evolutivo hasta llegar al momento en que los niños establecen alguna hipótesis sobre la relación entre los sonidos y las letras. La primera hipótesis que aparece es que las letras representan sílabas. La génesis de esta hipótesis está conectada con un problema cognitivo más general: el de la relación entre las partes y el todo. Efectivamente, las partes del escrito, (sus letras) son elementos que se constituyen en observables en determinados momentos de la evolución conceptual de la escritura. De la necesidad de interpretar estas partes surge la descomposición del nombre en sílabas.

La hipótesis silábica consiste en atribuir una sílaba a una letra -a cualquiera de ellas-. La correspondencia es más cuantitativa que calificativa. Para un nombre trisílabo hacen falta 3 letras. Pero en el caso de los nombres bisílabo o monosílabo, dos y una letras son "pocas". Con pocas letras, (menos de tres) se viola otra de las hipótesis del niño.que consiste en exigir una cantidad mínima para que una cosa sea aceptada "para leer".

Así nos damos cuenta de que las ideas del niño son muchas y de que ninguna coincide con las Presunciones de la enseñanza sobre la "naturalidad y simplicidad del sistema alfabético. Ni el secreto del aprendizaje consiste en establecer la correspondencia fonema-grafía, ni el sistema alfabético es un código "exclusivamente" fonográfico. Como ha indicado Sinclair (1980), ningún sistema de simbolización retiene todas las características de lo que representa. Tanto el proceso de selección de los aspectos a representar como las convenciones de la manera de representación, son construcciones mentaIes que no pueden ser reducidas a una simple transferencia de lo oral a lo escrito.

La relación entre escritura y lenguaje no es un dato inicial. El niño no parte de allí, sino que llega allí.

Para llegar a este punto, ha pasado de un período de correspondencia de tipo lógico (una letra para cada sílaba, a una correspondencia motivada y estable (no cualquier letra para cualquier sílaba). Las vocales se estabilizan con mayor rapidez que las consonantes (en el caso del castellano y del catalán) y adquieren valores silábicos en el contexto de los nombres en los que aparecen. Así, la J será la "jo" para "Joaquín" y la N será la "na" para "Natalia".

Si hemos dedicado esta exposición a cuestionar la tan mencionada correspondencia fonema-grafema es porque los antecedentes evolutivos de la escritura están lejos de reducirse a una simple asociación entre fonemas y sonidos.

La idea de que la escritura tiene significado (es decir, que es un objeto sustitutivo) no depende, exclusivamente, de la representación de los fonemas. Recordemos los diferentes sistemas de escritura y los distintos sistemas simbólicos que representan elementos no-lingüísticos (representación matemática, gráficos, mapas, música,.. ). Recordemos, también, el dibujo. El proceso de comprensión de la escritura no puede ser identificado con los últimos pasos:

interpretación silábica o fonológica del código.



Usted encontrará este y otros artículos sobre educación constructivista en esta excelente página web:

Educación Infantil
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81. El hábito de la lectura

EL HABITO DE LA LECTURA

ANA TEBEROSKY CORONADO
(
Es una de las mayores expertas sobre lectura y enseñanza. Argentina de nacimiento, lleva muchos años en Cataluña, donde dirige el departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Universiadad de Barcelona)

"No es que leamos menos que antes, nos pasamos el día leyendo cosas pero ha surgido un leer haciendo zapping"

(entrevista realizada por Jesús Iribarren y publicada en el Diario de Noticias del jueves, 1 de febrero de 2.001)

-¿Cuándo se debe comenzar a inculcar el hábito de leer a un niño?

-Es un tema que preocupa mucho en la escuela pero depende en gran parte también del nivel cultural de los padres. En las aulas también se está tratando de favorecer el aprendizaje de la lectura, algo que de todas formas no acaba tampoco en la escuela sino que sigue a lo largo de toda la vida. Pero, como decía, el primer campo es la familia. El niño comienza a participar de la actividad cultural que sus padres hacen en su casa. Si te ven leyendo o escribiendo, los hijos crecen con ese ambiente. Los padres deben saber que eso es importante. Pero hay un momento clave, aquel en el que el niño se da cuenta que los papeles, un objeto inanimado, puede decir algo. Es decir, cuando el libro habla, cuando le produce significado, algo normalmente asociado con los seres vivos. Pero por sí solo es difícil que llegue a eso. Es fundamental que alguien sea capaz de leer delante de él para que entienda para qué sirven esos papeles. En algunos niños esto se da a los dos tres años, si hay estímulos. Y en esas edades también llega el factor clave de la Educación Infantil, ya que el nivel cultural de las familias pueden ser muy variable. Es importante evitar el llamado efecto Mateo: que los ricos se vuelven cada vez más ricos y los pobres más pobres, es decir que sacan más provecho a la escuela aquellos que vienen más preparados. La escuela debe servir de compensación social.

-Esa escuela ha podido compensar en el pasado un ambiente familiar a veces no favorable, ya que no hace mucho era fácil encontrar en los pueblos casas sin ningún libro. Pero los nuevos tiempos también han traído un competidor muy duro a los libros: todo el volumen de imágenes, de medios audiovisuales mucho más potentes y que requieren un actitud más pasiva que la lectura...

-Las nuevas tecnologías y la lectura son complementarias. Además, cuando apareció la televisión también se dijo que iba desaparecer el cine y la radio y mira que vigencia tienen ambos medios. Luego llega Internet que, curiosamente, exige de nuevo saber leer y escribir, aunque de una manera nueva, interactiva que te da y te pide mucho. En la red es imprescindible leer con el añadido de que es on line, te va corrigiendo sobre la marcha. Los niños de hoy han nacido ya en una era digital y dominan todos estos medios con mucha mayor facilidad. Aunque no se puede olvidar la necesidad de dotar a los colegios de recursos. En España hay cien niños por cada ordenador. En otros países de Europa hay veinte.

-¿Cuál es el secreto de la lectura, aquello que la mejor imagen no puede suplir? ¿La libertad de imaginar? Mucha gente tiene la experiencia de la desilusión que se llevó cuando pasaron a la televisión una historia de un libro o de un tebeo y las voces de los personajes no coincidían para nada con las que uno les había adjudicado en su cabeza...

-La lectura, o mejor dicho, la escritura, es la primera tecnología mental. El resto de máquinas que inventó el hombre, la palanca, la rueda, etc..., eran para aumentar la fuerza o disminuir la distancia. La escritura es un invento para aumentar la capacidad intelectual. Es su primera prolongación. La aumenta por ser permanente lo que permite ayudar en la memoria y la comunicación en el espacio o en el tiempo. Se puede leer e interpretar hoy a Platón y comparar algo con la otra parte del mundo. Además se puede archivar y esto permite clasificar, categorizar el mundo. No podría existir la ciencia sin escritura. Permite explicar la práctica y dejarla para que otro lector en otro momento pueden leerla que lo interpreta de otra manera distinta. Por otro lado, la escritura también ha permitido la educación. Es imposible la enseñanza sin la escritura porque permite instruir a mucha gente y a lo largo del tiempo. Es más, cuando uno aprende a leer a escribir no sólo domina los contenidos sino el instrumento básico para adquirirlos, aprender a aprender.

-Las nuevas tecnologías, según comenta, han reforzado la lectura. Pero también existe un soporte tradicional, el libro, que quizá vaya para abajo. Y no sólo por la competencia de otros medios, sino por determinados modos de enseñar. Un profesor puede amargar la mejor obra literaria si le obliga al alumno a leerla pensando que tiene que hacer un resumen o subrayando adjetivos... ¿Dónde queda el disfrute de la lectura por placer?

-Todo soporte escrito es muy importante. La escritura no es inmaterial incluso cuando está en una pantalla. Por otra parte, en el tema de los libros, hay que saber que no hay que dejar al niño solo en este proceso. Ser lector autosuficiente supone un gran esfuerzo. En muchas ocasiones se ha utilizado la lectura para evaluar -lee que luego tienes que demostrar si has entendido- y no se han encontrado otras estrategias al margen de rendir unos resultados. Pero el libro también tiene esa función de aprendizaje como esfuerzo además de la lúdica.

-¿Qué es un lector autosuficiente? ¿Cuándo llega uno a serlo?

-No se puede decir todo o nada. Depende del tipo de texto, de la lengua... Por ejemplo a mí me cuesta mucho esfuerzo leer manuales de instrucciones. A los niños les cuesta mucho menos. También me resulta dificultoso el lenguaje administrativo pero, en cambio, tengo un esquema mental claro para los textos científicos, la literatura y tal vez poesía. Hay que tener un cierto hábito diversificado aunque nadie es un lector total, más hoy en día con el amplio panorama existente.

-Ha nombrado de pasada la poesía, un género que parece el 'patito feo' entre los alumnos...

-En Barcelona hicimos una experiencia con poetas que leyeron en voz alta en los colegios. Escuchar a un poeta es un acto teatral muy bonito. Como en todo hace falta educar el hábito, la sensibilidad no aparece si no se trabaja y se conoce.

-Pero en un mundo en el que lo último en escritura son ya los mensajes casi cifrados con abreviaturas de móvil a móvil, ¿quién tiene tiempo para sentarse ante un libro o una poesía?

-Hay que mirarlo con una óptica nueva porque también está cambiando el concepto de lectura. Cuando se pregunta a alguien a ver qué ha leído en el último mes te suele decir que poco, que un libro. Pero en realidad nos pasamos todo el día leyendo cosas. Lo que pasa, y es un problema que detectamos en la universidad, es que ha triunfado un leer haciendo zapping. Lees, pero no te acuerdas muy bien dónde los has leído, de qué año era... Es una lectura sin raíces, un leer casi compulsivo, de consumo.

-¿Cómo afecta el plurilingüismo a la lectura? No se trata ya de leer diferentes géneros o con varios soportes, sino también en diferentes idiomas...

-Ya quedan muy pocos países monolingües. En Europa hay una gran tradición de diversidad de lenguas. Siempre ha existido, aunque al ser sólo una la que se oficializaba y pasaba a lo escrito, parecía que el fenómeno no era tan importante. Pero los hablantes hemos luchado para que todas las lenguas tengan el mismo estatus, aunque a veces no se consigue al estar ligado a la política. También porque el inglés es mucho más invasor. Quien utilice Internet tiene que conocerlo pues, si no, eres analfabeto en la red. Pero dejando esto a un lado, el plurilingüismo es un fenómeno que existe desde siempre y que además no hay que presentarlo como un problema sino más como una solución. En general los niños, desde un punto de vista pedagógico, no tienen dificultades para asimilar varias lenguas, todo lo contrario, aunque hay que saber que es muy difícil que una persona tenga igual competencia en varios idiomas.


Tomado de la página web: Los Libros
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80. Estándares de rendimiento en Educación Primaria e Infantil

Estándares de rendimiento de Educación Primaria. Modelos G y A. Lengua Castellana, Matemáticas, L. Vasca

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Autor(es): Servicio de Ordenación e Innovación Escolar

Fecha de Edición: 01 / 04 / 2005

Páginas: 151
ISBN: 84-235-2765-4
Precio (Euros.): 3

Contiene los estándares de rendimiento de Lengua Castellana, Matemáticas y Lengua vasca (para el modelo A). En ellos se concreta de forma clara, sencilla y concisa lo que los alumnos deben saber y lo que deben saber hacer en cada una de estas materias al acabar cada ciclo de la etapa.

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Estándares de rendimiento de Educación Infantil. Modelos G y A, L. Castellana, Matemáticas, L. Vasca

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Autor(es): Servicio de Ordenación e Innovación Escolar y Servicio de Vascuence

Fecha de Edición: 20 / 10 / 2005

Páginas: 35
ISBN: 84-235-2805-7

Presenta los estándares de rendimiento de E. Infantil para Lengua Castellana, Matemáticas y Lengua Vasca modelo A.

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79. Escuela y Lenguaje publicitario

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Autor(es): Xabier Díaz Esarte

Fecha de Edición: 29 / 03 / 2001
Precio (Pts.): 2000

Además de una introducción en la que trata sobre aspectos generales del lenguaje publicitario, presenta un recopilación de anuncios, recogidos de la prensa escrita, ordenados alfabéticamente a partir de la frase central del texto publicitario. Se presentan a doble página: en la izquierda aparece el anuncio y a la derecha una serie de preguntas que permiten hacer un estudio exhaustivo del lenguaje publicitario. Además, a partir de los anuncios seleccionados, se proponen ejercicios diversos.

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78. El aprendizaje del lenguaje escrito en infantil

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Autor(es): Equipo de Educación Infantil del Colegio Público "Juan Bautista de Irurzun" de Peralta

Fecha de Edición: 28 / 06 / 2005

Páginas: CD-ROM
ISBN: 84-689-2861-5

Este cede-rón presenta unas secuencias didácticas y actividades tipo que sirven de guía y ejemplo para el aprendizaje del lenguaje escrito en Educación Infantil.

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77. Dramatización

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Autor(es): Ignacio Aranguren Gallu�s, Vicente Galbete Martinicorena, M. José Goyache Romeo y M. Teresa Pascual Bonis.

Colección: Materiales Didácticos para la E.S.O. / D.B.H.rako Material Didaktikoak
Serie: Materias optativas / Aukerako ikasgaiak

Fecha de Edición: 07 / 06 / 1996
Edita: Gobierno de Navarra. Departamento de Educación, Cultura, Deporte y Juventud
Idiomas: Castellano

Páginas: 96
ISBN: 84-235-1484-6
Depósito Legal: NA-648-1996
Precio (Pts.): 1500

Propuesta de desarrollo didáctico de esta materia optativa. Incluye el currículo de la materia y la propuesta didáctica, una unidad didáctica y bibliografía y recursos.

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76. Argumentar para convencer

Una secuencia didáctica para el primer ciclo de la ESO

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Autor(es): Joaquín Dolz; Auguste Pasquier / Trad. y adap.: P. Labaien, M .J. Sánchez; F.J. Sierra

Colección: Recursos didácticos / Baliabide didaktikoak

Fecha de Edición: 09 / 05 / 1997
Edita: Gobierno de Navarra. Departamento de Educación y Cultura
Idiomas: Castellano

Páginas: 92
ISBN: 84-235-1553-2
Depósito Legal: NA-2154-1996
Precio (Pts.): 1000

Contiene una serie de talleres para trabajar la argumentación en el primer ciclo de la E.S.O. En cada uno de ellos se proponen textos y ejercicios para que realicen los alumnos.

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