martes, noviembre 06, 2012

173. La increible historia del verdadero (y desconocido) Conde de Montecristo


Alexandro Dumas abuelo, padre e hijo
Alexandro Dumas
  • El general Alejandro Dumas fue el primer general negro del ejército francés.
  • Alejandro Dumas padre (en la foto), como se lo conoce en Francia, es el autor de las célebres novelas de aventuras "Los tres mosqueteros" y "El Conde de Montecristo".
  • Alejandro Dumas hijo también fue escritor, y su novela "La dama de las camelias" fue base de la ópera "La Traviata" de Verdi.
  • El siguiente artículo es sorprendente, lo tomé de la página wb de la BBC.

General Alexandre Dumas

La historia del general Alejandro Dumas -nacido en Haití, mulato y bien parecido, diestro con la espada y padre del autor de "El Conde de Montecristo"- es digna de las fascinantes aventuras literarias que creó su hijo.

Hijo de un aristócrata francés y una esclava negra, Dumas se convirtió en general poco después de la Revolución Francesa, destacó por su destreza como estratega y en el combate cuerpo a cuerpo y llegó a rivalizar con el mismísimo Napoleón.

Pero luego languideció durante dos años en un calabozo italiano, y sus recuerdos de esa aciaga experiencia inspiraron los avatares de Edmundo Dantés, el protagonista de la famosa novela.

Tom Reiss, escritor estadounidense, investigó y recuperó su historia. 

"Me encontré con la vida del general Dumas cuando era chico, porque me gustaban tanto las obras de su hijo que busqué sus memorias."

"Lo increíble es que en las primeras 200 páginas sólo habla de este hombre extraordinario, su padre, que parece una combinación de D'Artagnan con Edmundo Dantés, Porthos, un poco de Aramis, todos en un mismo personaje", cuenta Reiss en conversación con la BBC.

Un mulato en el ejército francés

Reiss rastreó la historia del general Dumas en archivos oficiales y privados de Francia y escribió su biografía en el libro "El Conde Negro".

"No fue difícil seguir su carrera militar", cuenta el biógrafo, "los archivos militares franceses están inundados de documentos de 1790, porque este hombre fue un gran espadachín y general de la revolución, aunque después fuera olvidado y borrado de la historia, así que encontré muchas descripciones de él en combate."

Más complejo fue lograr hilvanar la historia del hombre detrás del excepcional soldado.

Reiss cuenta en su libro que el padre de Dumas fue una especie de aristócrata renegado que se marchó al territorio colonial que hoy es Haití para hacer fortuna, pero no tuvo mucho éxito.

Allí vivió 30 años junto a una esclava negra -la madre del general- mientras en Francia lo daban por muerto.

Cuando quiso regresar a Francia para heredar un castillo y un título nobiliario estaba tan quebrado que vendió a su propio hijo Alex -el héroe de esta historia- como esclavo.

D'Artagnan y los tres mosqueteros

Dumas se inspiró en la destreza como espadachín de su padre para crear las aventuras de D'Artagnan y los tres mosqueteros.

"Yo encontré el documento que le permitió volver a comprar a su hijo una vez que heredó su fortuna", relata Reiss.

Alex llegó a Francia en 1776, a los 14 años, y recibió entrenamiento en la academia de esgrima en Versalles.

Se convirtió rápidamente en uno de los grandes esgrimistas del país.

Luego se unió al ejército como soldado raso, y en seguida se distinguió por su arrojo y por su destreza con las armas.

Cuando estalló la revolución, muchos nobles huyeron del país, y esto le brindó la oportunidad de desarrollar sus talentos militares.

En el lapso de un año consiguió convertirse en el primer general negro de un ejército occidental.

Tras una campaña exitosa en los Alpes, creció la fama del general Dumas, que además era muy alto y apuesto.

Los celos de Napoleón

Otro general que hizo carrera durante la revolución fue Napoleón Bonaparte, quien encontró en el heroico militar un rival de altura.

Dumas participó junto a Napoleón en el combate contra las tropas austrohúngaras en el norte de Italia, y aquí es donde realmente se destacó cuando defendió su posición en un puente prácticamente solo.
"El general Dumas decía lo que pensaba y confrontaba las magalómanas decisiones de Napoleón en medio del desierto"
Tom Reiss, escritor y biógrafo de Alejandro Dumas

Esta hazaña le valió el apodo de "Demonio negro", y Bonaparte no tuvo más alternativa que celebrar la proeza de Dumas.

Pero fue después, en la campaña napoleónica en Egipto, cuando esta rivalidad se hizo más patente.

Dumas comandaba la caballería francesa, y la presencia física del general negro causaba mucha más impresión entre los enemigos que la del pequeño y menos gallardo Napoleón.

"Esto volvía loco a Bonaparte", relata Reiss, y explica que además "el general Dumas decía lo que pensaba y confrontaba las megalómanas decisiones de Napoleón en medio del desierto. Eso nunca se lo perdonó."

Horror en un calabozo

De regreso a Francia desde Egipto, la frágil embarcación en la que viajaba Dumas naufragó cerca de Italia, y allí fue a parar a un calabozo en el que pasó dos años terribles.

Sólo la insistencia de su esposa logró que las autoridades francesas intercedieran por uno de sus más valerosos generales.

"Una de las cosas que encontré", dice Reiss, "fue el manuscrito original que él mismo escribió una vez que fue liberado sobre esos dos años en los que fue envenenando y estuvo a punto de morir en prisión".

Según el autor, este texto es la base de las desventuras de Edmundo Dantés.

"Sus hazañas militares inspiraron las aventuras de los mosqueteros y su terrible experiencia en el calabozo, 'El Conde de Montecristo'", afirma el biógrafo.

El general Dumas murió de cáncer a los 43 años, cuando su hijo Alexandre sólo tenía cuatro, y su nombre se fue opacando en la historia, aunque dejó su huella e inspiración en la obra del novelista.

Curiosamente, la única estatua que recordaba las proezas del general negro fue destruida por los nazis cuando invadieron París en 1940, y nunca fue recuperada.

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172. La ciencia y la novela "Frankenstein"




Señoras y señores… ¡Hoy es la terrorífica noche de Halloween! Y por ello, tenemos preparados unos pocos artículos sobre el tema, pues las fiestas (por muy terroríficas que sean) también tienen su cabida en el ámbito de la ciencia. Hoy empezaremos, ni más ni menos, que con la historia del famoso Frankenstein y su origen, que guarda algunas curiosidades que seguro que no conocéis, ¿empezamos?

Como algun@ ya sabréis, la novela de “Frankenstein” fue escrita en 1818 por Mary Shellell, pero, ¿qué le inspiró para escribir este relato? Pues bien, el origen de todo esto tiene mucho que ver con el reciente descubrimiento de la electricidad y las baterías, que empezaban a pegar fuerte allá por el siglo XVIII, donde se empezaba a comprender esta peculiar forma de energía en la que basamos actualmente prácticamente toda nuestra vida (sin electricidad, no estaríais leyendo esto).

Por aquel entonces, Luigi Galvani (de la Universidad de Bolonia, en Italia) estaba estudiando los efectos que podía tener la electricidad en animales, ya que se había demostrado que las descargas eléctricas producen violentos espasmos, y creían que podría causar contracciones musculares. El 26 de enero de 1781, mientras este científico realizaba la disección de una rana cerca de una máquina de electricidad estática, uno de sus asistentes tocó con el bisturí un nervio de la pata de este animal, y esta saltó. Galvani repitió el experimento, y volvieron a producirse los espasmos. La duda era, ¿de donde provenía la electricidad que hacía saltar la pata de la rana?

Bueno, en ese momento, Galvani la llamó “electricidad animal”, porque creía que la producía la misma rana, y sus conclusiones fueron publicadas en 1791. Estas publicaciones fueron leídas por el científico y físico Alessandro Volta (del que os hemos hablado detenidamente aquí en MedCiencia). Volta, como ya habréis podido leer aquí, fue el descubridor  de la capacidad eléctrica, el potencial y la carga, además de conseguir aislar el gas metano. Por su parte, replicó las investigaciones de Galvani, y llegó a conclusiones bastante diferentes: si Galvani creía que la electricidad provenía propiamente de la rana, Volta llegó a la conclusión de que esta energía estaba en los metales utilizados en el bisturí, y que la pata de la rana solo actuó como un conductor. Por ello, sustituyó la pata de la rana por un papel mojado con salmuera, donde detectó corriente eléctrica, probando así que Galvani se equivocaba. Posteriormente, como también habéis podido leer en nuestro artículo sobre Volta, este físico invento la pila galvánica o voltaica, el progenitor de las baterías actuales.

Actualmente, sabemos que la electricidad si provoca las contracciones de la panta de la rana, ya que desempeña un papel importante en la contracción muscular (es un tipo de reacción mediante iones a través de los nervios, que cuando conectan con el músculo determinado provocan su contracción).

Pero os preguntaréis, ¿todo esto que tiene que ver con Frankenstein? Pues bien, resulta que Giovanni Aldini, sobrino de Galvani, apoyó las tesis de su tío sobre la “electricidad animal”, pero también consideró importante el descubrimiento de Volta y su batería, por lo que estudió los efectos médicos que podría tener la electricidad en el cuerpo humano, por ejemplo, demostrando que podía provocar espasmos musculares a cadáveres mediante esta energía.

Si, suena bastante macabro, y más aún si sabemos que en 1803, en la prisión de Newgate de Londres, en Reino Unido, Aldini añadió barras de metal a la boca y oído del cadáver de George Foster, ejecutado hace poco, cuyo resultado se publicó en un libro llamado “El calendario de Newgate”:
“En la primera aplicación del proceso a la cara, las mandíbulas del criminal fallecido comenzaron a temblar, y los músculos adyacentes fueron horriblemente retorcidos, de hecho un ojo se abrió. En la parte final del proceso la mano derecha se levantó y apretó, las piernas y los muslos se pusieron en marcha“
Como imaginaréis, en aquella época, algunos llegaron a pensar que Aldini había resucitado a ese cadáver. Así pues, Mary Shelley, la autora de “Frankenstein”, conocía toda esta historia sobre la electricidad, Galvani, Aldini y Volta, y además era amante de las historias de fantasmas y de este tipo de experimentos…  
El resultado, como no, fue la famosa novela donde un cadáver conseguía resucitar mediante electricidad. Había nacido Frankenstein.

Vía: Bendita Ciencia.

Fuente:

Med Ciencia
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