Un nuevo libro profundiza en la relación entre la exitosa novela de Nabokov y la historia real de Sally Horner, de 11 años, secuestrada y maltratada por un pederasta en 1948.
Sally Horner desapareció pocos días después de su undécimo
cumpleaños, en junio de 1948, secuestrada por un pederasta llamado Frank
La Salle. La niña pasaría casi dos años en paradero desconocido, hasta
que logró escapar y regresar a casa. Puede que alguno de los numerosos
titulares que dieron cuenta de su suplicio llegara a las manos de Vladimir Nabokov.
En algún punto entre 1950 y 1952, el gran literato ruso tomó
conocimiento de su caso. Nabokov se encontraba, por aquel entonces, en
una profunda crisis creativa. Llevaba varios años peleándose con un
manuscrito, todavía llamado El reino junto al mar, que estuvo a
punto de tirar a la hoguera en dos ocasiones al sentirse incapaz de
terminarlo. La historia de Sally le ayudó a encontrar el camino para
concluir una novela que, retitulada como Lolita, catapultó su popularidad y dejó una marca imborrable en la historia de la literatura.
Esa es la tesis desarrollada por la escritora Sarah Weinman en The Real Lolita: the kidnapping of Sally Horner
(Ecco), un nuevo libro que recoge su investigación de cuatro años sobre
la identidad de esta doble de carne y hueso del personaje ideado por
Nabokov. El volumen, que llega mañana (10 de setiembre de 2018) a las librerías estadounidenses y
británicas, profundiza en un caso ya conocido pero mal documentado. En
2005, el universitario ruso Alexander Dolinin, gran experto en la obra
de Nabokov, reveló los increíbles parecidos entre Sally Horner y el
personaje de Dolores Haze. Las dos eran morenas, hijas de madres viudas,
secuestradas casi a la misma edad y retenidas con métodos idénticos.
Pero una se convirtió en mito literario y la otra cayó en el olvido.
Weinman escribió el libro para reparar esa injusticia. “La vida de
Sally, que fue breve y trágica, augura otros calvarios sufridos por
mujeres y niñas. Con este libro quise convertir a Sally en inmortal,
porque su vida importó y sigue importando”, sostiene la autora.
Su relato empieza en Camden, la ciudad de Nueva Jersey donde residía.
Allí fue retada por un grupo de niñas del que se moría por formar parte
a robar un cuaderno de cinco céntimos en la tienda de la esquina. Nunca
había hecho nada parecido, pero se armó de valor y escondió la libreta
en su mochila. Hasta que un hombre la interceptó al salir: “Soy un
agente del FBI. Estás detenida”. Ese desconocido le anunció que tendría
que pasar una temporada en el reformatorio. Ante los llantos de la niña
dejó que se marchara, pero a condición de mantenerse en contacto con él y
obedecer sus órdenes en el futuro.
La Salle tenía 50 años y no era agente de la oficina federal, sino un
simple mecánico con un historial de abusos sexuales a niñas menores.
Lea el artículo completo en: El País (España)
miércoles, noviembre 28, 2018
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